
El Partido Comunista Paraguayo (PCP), fiel a su vocación humanista y democrática denuncia la flagrante transgresión de principios constitucionales básicos del derecho procesal penal de que son victimas Zonia Muñoz, Sindulfo Agüero y Estela Agüero de Meza; por citar tres de varios casos que están en las mismas circunstancias
En la madrugada del 19 de enero de 2010, en procedimientos simultáneos fueron detenidos por orden de la fiscalía antisecuestro, encabezada por Sandra Quiñónez.
Hasta el 21 de enero no se les informó de los motivos, ni fundamentos de la detención, y siendo trasladados y exhibidos públicamente en la comandancia de la Policía Nacional, como miembros del EPP.
El Ministro del Interior, abogado Rafael Filizzola, después de ser aprehendidos-y una vez en Asunción- los exhibió a los medios de comunicación como criminales, miembros del EPP; y, el entonces jefe de antisecuestros dijo que “recuperarían su libertad si demostraban su inocencia”.
Terrible aberración medieval, porque la carga de la prueba, en el derecho procesal penal vigente, conforme a principios consagrados hace siglos, corresponde a quien acusa, es decir a la fiscalía.
En el marco de esas anacrónicas rémoras feudales, los afectados fueron imputados sin sustento probatorio porque no existe ninguna conexión entre los hechos y la vinculación de los imputados.
Los elementos de prueba, para que sirvan de sustento a una imputación, deben corresponder a una línea de datos incuestionables que se conectan sin solución de continuidad desde los hechos hasta el supuesto responsable de los hechos. Los mismos deben hacer un relato circunstanciado mediante el cual se aclare en forma contundente, cómo y cuando se produjeron los hechos que vinculan a los imputados con el delito.
Los presos fueron víctimas de torturas y apremios de todo tipo. El 23 de marzo de 2010, Zonia Muñoz fue torturada por efectivos de la policía “anterrorista” y mantenida en aislamiento durante 30 días.
Recién después de 12 meses -porque la fiscalía a los seis meses pidió prorroga-, estas personas fueron acusadas sin los presupuestos requeridos para el efecto. Los elementos en los que sustenta la acusación son los mismos que la fiscalía utilizó desde el primer momento en que fueron privados de su libertad: el cruce de comunicaciones vía celular con supuestos miembros del EPP. No se necesita ser avezado en derecho procesal penal para saber que estas “pruebas” absolutamente no pueden vincular a nadie con la comisión de delitos.
Estos compatriotas están encerrados en condiciones de hacinamiento, sin acceso a alimentación, ni medicación. Don Sindulfo soporta desde el lunes 7 de febrero una huelga de hambre en reclamo a la falta de objetividad del ministerio.
Estos hechos aberrantes dan cuenta de que seguimos padeciendo de los truculentos desmanes de un terrorismo de Estado que en la retórica oficial, se dicen superados. Y sobre todo tienen un sesgo inequívoco ideológico que nos remite a los capítulos luctuosos de la dictadura stronista en que la libertad, la integridad física y hasta la vida eran sacrificadas para frenar las luchas sociales con el trillado estigma de comunistas. Hoy el estigma se formula con la socorrida calificación de terrorista, importada de Washington que aplicó el llamado combate contra el terrorismo para llevar una guerra genocida contra Irak y Afganistán, por ejemplo.
Hacemos esta aseveración porque los que ahora son víctimas de estas injusticias, son líderes campesinos, tan iguales a aquellos líderes de las ligas agrarias cuyos padecimientos son hoy denunciados de la manera más hipócrita por quienes nos hablan de cambios y hoy repiten esa trágica historia de persecución política teñida de sangre y luto.
No es un hecho menor que Sindulfo Agüero haya sido preso político durante la dictadura stronista por pertenecer a las ligas agrarias y haya perdido un ojo a causa de las brutales torturas recibidas.
Convocamos a toda la ciudadanía democrática al reclamo de un tratamiento justo a los compatriotas referidos, porque si no frenamos esta reedición del terrorismo de Estado, estamos condenados a padecerlo de nuevo.
¡Por un democracia verdadera!
¡Por una justicia imparcial y honesta!
¡Por mayor transparencia en la información de estos y otros casos de injusticia en las prisiones!
¡Por un Bicentenario Patriótico de Liberación sin presos políticos!
Asunción, 22 de febrero de 2011
PARTIDO COMUNISTA PARAGUAYO